El pasado 9 de septiembre en el Parque de Innovación CTEC se inauguró Momentum, un edificio modular industrializado de seis pisos, único en Latinoamérica y primero en Chile en su tipo construido con módulos tridimensionales de hormigón armado, montado en un día en Laguna Carén. La iniciativa fue impulsada por el programa Construye Zero de CTEC, cofinanciado por CORFO, como parte de un portafolio de once Tecnologías de Adaptación ante el Cambio Climático orientadas a acelerar la transición del sector hacia mayor productividad y menor impacto ambiental. “Hoy inauguramos el prototipo Momentum, una solución industrializada de seis pisos única en la región. Queremos abrirlo a visitas y escalar esta tecnología hacia un modelo de negocio que aumente la productividad mediante la industrialización, con foco en la sustentabilidad”, señaló Daniela Vásquez, gerente de Construye Zero. El prototipo utiliza módulos 3D de hormigón prefabricado, tabiques interiores industrializados y una envolvente térmica de alto desempeño preinstalada en planta, optimizando el proceso constructivo, reduciendo consumos energéticos y minimizando residuos y ruidos en obra. El proyecto fue desarrollado por Facoro, TWH y STO Chile, e integró aportes de Melón, AZA, Volcán, TX, Vinyl, Cave y MetaversOtec, evidenciando una colaboración público-privada y empresarial que busca escalar soluciones de construcción industrializada en Chile. “Con la inauguración de Momentum confirmamos que la industrialización hecha en Chile es una realidad: seis pisos ensamblados en un día, con calidad y desempeño equivalentes a una obra tradicional. El interés de medios, gremios y academia corrió el cerco de la conversación: hoy el foco ya no es si se puede, sino cómo lo escalamos responsablemente en todo el país”, afirmó Hugo Mery, gerente general de Facoro. La estructura alcanza 16,5 metros de altura y se compone de 18 módulos prefabricados listos para ensamblaje, cada uno de 3 metros de ancho, 3 de alto y 21 metros cuadrados de superficie, con pesos entre 20.000 y 23.000 kilos. En planta, el sistema avanza a razón de un piso por día (aproximadamente 63 m², tres módulos) y la obra gruesa fue montada en un día. El programa arquitectónico contempla oficinas en primer nivel; departamentos sociales de 63 m² y tres dormitorios en segundo y tercer piso; viviendas para segmentos medios en el cuarto; y un penthouse distribuido entre el quinto y sexto piso. Todos los espacios son adaptables y el sistema de conexiones asegura seguridad y resistencia antisísmica equivalente a la obra de hormigón tradicional. Esta solución es un ejemplo de la versatilidad que puede lograr la solución a partir de la incorporación de diferentes niveles y estándares de terminación, sin perder la calidad y el ahorro de tiempo. La masa térmica del hormigón, combinada con aislación exterior continua, entrega un perfil térmico óptimo: menos calefacción en invierno y menos aire acondicionado en verano, mejores condiciones acústicas y mayor seguridad. “Nuestra envolvente responde a exigencias térmicas crecientes y disminuye costos operacionales para el usuario final”, indicó Nicolás Schultz, gerente técnico de STO Chile. Por su parte TWH integró hormigón con estructuras de acero y paneles de poliuretano para un montaje rápido y una obra seca. “Además colaboramos con las cubiertas, tabiques y escaleras y, próximamente, módulos de cocina y baño, acercando la industrialización total del proceso y estandarizando calidad y tiempos”, señaló Félix Escudero, gerente general de TWH. La inauguración contó con la participación de Macarena Aljaro, directora de Programas y Consorcios Tecnológicos de CORFO, área que adjudicó los fondos a CTEC para desarrollar el programa Construye Zero. “Este programa permite validar y pilotear soluciones que reducen el impacto ambiental. El trabajo colaborativo de estos tres años demuestra que la unión hace la fuerza: tecnologías como Momentum contribuyen a abordar el déficit habitacional con menor huella y mayor competitividad para la industria”. En esa misma línea, Karymy Negrete, asesora del Programa de Desarrollo Productivo Sostenible del Ministerio de Economía, destacó que Chile cuenta con la masa crítica para la innovación colaborativa que responde al déficit habitacional, reduce emisiones y residuos y fortalece la competitividad; es economía circular aplicada y evidencia de que es posible hacer más con menos y mejor, pensando en el usuario final”. El edificio avanza en terminaciones in situ y en las próximas semanas iniciará reporterías higrotérmica, termográfica y sísmica para medir su desempeño en operación real, generando evidencia para su escalamiento.
Democratizar el acceso a la supercomputación y la inteligencia artificial (IA), situando a Chile a la vanguardia en tecnología para impulsar así sectores clave para el país como industria, minería, agricultura y servicios, es uno de los principales objetivos del Centro de Supercómputo e Inteligencia Artificial Aplicada que se está desarrollando en la región, con la empresa Tecnoera, la Universidad Técnica Federico Santa Maria (USM) y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) como mandantes transitorios. Según precisa el rector de la USM, Juan Yuz, «como universidad estamos profundamente comprometidos con el desarrollo de nuevas tecnologías que impulsen el bienestar del país, por lo que ser parte de este centro de avanzada nos enorgullece e invita a seguir trabajando para estar a la vanguardia tecnológica, permitiendo el procesamiento de grandes volúmenes de datos y entregar soluciones a sectores estratégicos de Chile». Esta iniciativa pionera, que forma parte de la Política Nacional de IA, es impulsada por una inversión estatal y aportes de privados que suman cerca de US$10 millones. Actualmente, el proyecto se encuentra en su fase inicial de implementación, centrado en la conformación de una corporación sin fines de lucro. Esta entidad será la encargada de adquirir la infraestructura necesaria y facilitar el posterior despliegue de los servicios de inteligencia artificial que el centro pondrá a disposición del ecosistema, promoviendo así la adopción de soluciones en empresas y sectores estratégicos del país. El Centro de Supercómputo e IA Aplicada permitirá llevar a cabo desarrollos propios de inteligencia artificial, contando con la capacidad de cómputo requerida para procesar y analizar volúmenes altos de datos, entregando soluciones a sectores estratégicos del país y a problemáticas actuales como la gestión hídrica, desastres naturales y optimización industrial. Además de la USM y la PUCV, la iniciativa cuenta con el apoyo de la Universidad de Playa Ancha, de Valparaíso y el DUOC UC, así como actores privados y centros de investigación. Infraestructura En cuanto a su infraestructura, esta será de avanzada con certificación Tier III, lo cual garantiza la alta disponibilidad y la eficiencia energética. De la misma forma, operará con un software propio llamado «Venom», integrando ERP, CRM, monitoreo y facturación para una gestión total. Con lo anterior, se espera atender a más de 500 empresas y capacitar a cerca de 5 mil personas hasta el 2030, formando así capital humano de primer nivel en estas materias, construyendo un ecosistema de apoyo efectivo para distintos tipos de empresas como startups y pymes, entidades públicas e instituciones académicas. La idea es ofrecer acompañamiento técnico, redes colaborativas, créditos de uso, infraestructura dedicada y espacios de aprendizaje y pilotaje, para que cualquier organización pueda aplicar IA de manera práctica, segura y efectiva. Al respecto, la directora de Vinculación con el Medio de la USM, María José Escobar explica que «este centro no solo impulsará la innovación tecnológica, sino que nos permitirá construir un ecosistema colaborativo desde regiones, integrando a empresas, instituciones públicas y universidades. Esperamos capacitar a más de 5 mil personas y apoyar a startups, pymes y organizaciones que hoy no tienen acceso a estas tecnologías». Cabe señalar que Chile cuenta con una iniciativa similar que se aloja en la Universidad de Chile, no obstante, la particularidad del nuevo Centro de Supercómputo, instalado en Viña del Mar, es que se hará innovación de avanzada desde regiones.
El pasado 9 de septiembre en el Parque de Innovación CTEC se inauguró Momentum, un edificio modular industrializado de seis pisos, único en Latinoamérica y primero en Chile en su tipo construido con módulos tridimensionales de hormigón armado, montado en un día en Laguna Carén. La iniciativa fue impulsada por el programa Construye Zero de CTEC, cofinanciado por CORFO, como parte de un portafolio de once Tecnologías de Adaptación ante el Cambio Climático orientadas a acelerar la transición del sector hacia mayor productividad y menor impacto ambiental. “Hoy inauguramos el prototipo Momentum, una solución industrializada de seis pisos única en la región. Queremos abrirlo a visitas y escalar esta tecnología hacia un modelo de negocio que aumente la productividad mediante la industrialización, con foco en la sustentabilidad”, señaló Daniela Vásquez, gerente de Construye Zero. El prototipo utiliza módulos 3D de hormigón prefabricado, tabiques interiores industrializados y una envolvente térmica de alto desempeño preinstalada en planta, optimizando el proceso constructivo, reduciendo consumos energéticos y minimizando residuos y ruidos en obra. El proyecto fue desarrollado por Facoro, TWH y STO Chile, e integró aportes de Melón, AZA, Volcán, TX, Vinyl, Cave y MetaversOtec, evidenciando una colaboración público-privada y empresarial que busca escalar soluciones de construcción industrializada en Chile. “Con la inauguración de Momentum confirmamos que la industrialización hecha en Chile es una realidad: seis pisos ensamblados en un día, con calidad y desempeño equivalentes a una obra tradicional. El interés de medios, gremios y academia corrió el cerco de la conversación: hoy el foco ya no es si se puede, sino cómo lo escalamos responsablemente en todo el país”, afirmó Hugo Mery, gerente general de Facoro. La estructura alcanza 16,5 metros de altura y se compone de 18 módulos prefabricados listos para ensamblaje, cada uno de 3 metros de ancho, 3 de alto y 21 metros cuadrados de superficie, con pesos entre 20.000 y 23.000 kilos. En planta, el sistema avanza a razón de un piso por día (aproximadamente 63 m², tres módulos) y la obra gruesa fue montada en un día. El programa arquitectónico contempla oficinas en primer nivel; departamentos sociales de 63 m² y tres dormitorios en segundo y tercer piso; viviendas para segmentos medios en el cuarto; y un penthouse distribuido entre el quinto y sexto piso. Todos los espacios son adaptables y el sistema de conexiones asegura seguridad y resistencia antisísmica equivalente a la obra de hormigón tradicional. Esta solución es un ejemplo de la versatilidad que puede lograr la solución a partir de la incorporación de diferentes niveles y estándares de terminación, sin perder la calidad y el ahorro de tiempo. La masa térmica del hormigón, combinada con aislación exterior continua, entrega un perfil térmico óptimo: menos calefacción en invierno y menos aire acondicionado en verano, mejores condiciones acústicas y mayor seguridad. “Nuestra envolvente responde a exigencias térmicas crecientes y disminuye costos operacionales para el usuario final”, indicó Nicolás Schultz, gerente técnico de STO Chile. Por su parte TWH integró hormigón con estructuras de acero y paneles de poliuretano para un montaje rápido y una obra seca. “Además colaboramos con las cubiertas, tabiques y escaleras y, próximamente, módulos de cocina y baño, acercando la industrialización total del proceso y estandarizando calidad y tiempos”, señaló Félix Escudero, gerente general de TWH. La inauguración contó con la participación de Macarena Aljaro, directora de Programas y Consorcios Tecnológicos de CORFO, área que adjudicó los fondos a CTEC para desarrollar el programa Construye Zero. “Este programa permite validar y pilotear soluciones que reducen el impacto ambiental. El trabajo colaborativo de estos tres años demuestra que la unión hace la fuerza: tecnologías como Momentum contribuyen a abordar el déficit habitacional con menor huella y mayor competitividad para la industria”. En esa misma línea, Karymy Negrete, asesora del Programa de Desarrollo Productivo Sostenible del Ministerio de Economía, destacó que Chile cuenta con la masa crítica para la innovación colaborativa que responde al déficit habitacional, reduce emisiones y residuos y fortalece la competitividad; es economía circular aplicada y evidencia de que es posible hacer más con menos y mejor, pensando en el usuario final”. El edificio avanza en terminaciones in situ y en las próximas semanas iniciará reporterías higrotérmica, termográfica y sísmica para medir su desempeño en operación real, generando evidencia para su escalamiento.
Democratizar el acceso a la supercomputación y la inteligencia artificial (IA), situando a Chile a la vanguardia en tecnología para impulsar así sectores clave para el país como industria, minería, agricultura y servicios, es uno de los principales objetivos del Centro de Supercómputo e Inteligencia Artificial Aplicada que se está desarrollando en la región, con la empresa Tecnoera, la Universidad Técnica Federico Santa Maria (USM) y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) como mandantes transitorios. Según precisa el rector de la USM, Juan Yuz, «como universidad estamos profundamente comprometidos con el desarrollo de nuevas tecnologías que impulsen el bienestar del país, por lo que ser parte de este centro de avanzada nos enorgullece e invita a seguir trabajando para estar a la vanguardia tecnológica, permitiendo el procesamiento de grandes volúmenes de datos y entregar soluciones a sectores estratégicos de Chile». Esta iniciativa pionera, que forma parte de la Política Nacional de IA, es impulsada por una inversión estatal y aportes de privados que suman cerca de US$10 millones. Actualmente, el proyecto se encuentra en su fase inicial de implementación, centrado en la conformación de una corporación sin fines de lucro. Esta entidad será la encargada de adquirir la infraestructura necesaria y facilitar el posterior despliegue de los servicios de inteligencia artificial que el centro pondrá a disposición del ecosistema, promoviendo así la adopción de soluciones en empresas y sectores estratégicos del país. El Centro de Supercómputo e IA Aplicada permitirá llevar a cabo desarrollos propios de inteligencia artificial, contando con la capacidad de cómputo requerida para procesar y analizar volúmenes altos de datos, entregando soluciones a sectores estratégicos del país y a problemáticas actuales como la gestión hídrica, desastres naturales y optimización industrial. Además de la USM y la PUCV, la iniciativa cuenta con el apoyo de la Universidad de Playa Ancha, de Valparaíso y el DUOC UC, así como actores privados y centros de investigación. Infraestructura En cuanto a su infraestructura, esta será de avanzada con certificación Tier III, lo cual garantiza la alta disponibilidad y la eficiencia energética. De la misma forma, operará con un software propio llamado «Venom», integrando ERP, CRM, monitoreo y facturación para una gestión total. Con lo anterior, se espera atender a más de 500 empresas y capacitar a cerca de 5 mil personas hasta el 2030, formando así capital humano de primer nivel en estas materias, construyendo un ecosistema de apoyo efectivo para distintos tipos de empresas como startups y pymes, entidades públicas e instituciones académicas. La idea es ofrecer acompañamiento técnico, redes colaborativas, créditos de uso, infraestructura dedicada y espacios de aprendizaje y pilotaje, para que cualquier organización pueda aplicar IA de manera práctica, segura y efectiva. Al respecto, la directora de Vinculación con el Medio de la USM, María José Escobar explica que «este centro no solo impulsará la innovación tecnológica, sino que nos permitirá construir un ecosistema colaborativo desde regiones, integrando a empresas, instituciones públicas y universidades. Esperamos capacitar a más de 5 mil personas y apoyar a startups, pymes y organizaciones que hoy no tienen acceso a estas tecnologías». Cabe señalar que Chile cuenta con una iniciativa similar que se aloja en la Universidad de Chile, no obstante, la particularidad del nuevo Centro de Supercómputo, instalado en Viña del Mar, es que se hará innovación de avanzada desde regiones.