27 de septiembre de 2024
En un discurso emotivo ante autoridades belgas y en presencia de los reyes Felipe y Matilde, el Papa Francisco afirmó que los abusos a menores representan “la vergüenza y la humillación de la Iglesia”, insistiendo en la necesidad de pedir perdón. En su primer día de agenda oficial en Bélgica, el sumo pontífice subrayó que es fundamental “afrontar y resolver el problema”, añadiendo que “un solo caso en la Iglesia es suficiente para probar vergüenza”.
Francisco recordó a “los santos inocentes de los tiempos del rey Herodes”, reflexionando sobre el dolor causado por la Iglesia misma. “La Iglesia tiene que pedir perdón y resolver esta situación con humildad cristiana”, afirmó, improvisando durante su discurso.
El Papa también se comprometió a que la Iglesia está “afrontando la plaga” de los abusos con “decisión y firmeza”, y se enfocará en escuchar y acompañar a las personas heridas, al mismo tiempo que implementa programas de prevención en todo el mundo. En este contexto, el primer ministro belga, Alexander De Croo, pidió al Papa “dar pasos concretos” y “escuchar a las víctimas”, así como reconocer “las atrocidades” y hacer justicia.
Adicionalmente, el Papa expresó su tristeza por las adopciones forzadas que tuvieron lugar en Bélgica entre los años 50 y 70, donde se estima que alrededor de 30.000 niños fueron vendidos sin el conocimiento de sus madres. “A veces, se pensó que sería mejor para madre e hijo que el niño fuera adoptado”, explicó, reconociendo que algunas mujeres no tuvieron la oportunidad de decidir sobre el futuro de sus hijos.
Finalmente. el discurso del Papa Francisco no solo pone de relieve la necesidad de reconocer los errores del pasado, sino que también marca un paso importante hacia una mayor transparencia y responsabilidad dentro de la Iglesia.