El fútbol turco vivió un momento insólito cuando el jugador Murat Cem Akpinar, del Sakaryaspor, fue expulsado de manera peculiar al término del encuentro contra Gençlerbirliği, válido por la Segunda División del fútbol otomano.

Después del pitazo final, en un gesto inusual, Cem Akpinar se acercó al árbitro para saludarlo. Sin embargo, en un acto que parecía más una broma que una protesta, el volante extendió su mano al colegiado como señal de saludo y, de manera sorpresiva, retiró la mano dejando al árbitro con la palma estirada.

​Aunque el gesto fue más bien humorístico y no implicaba ninguna agresión ni protesta directa, el árbitro no lo interpretó de esa manera. Al contrario, consideró la acción como una falta de respeto y mostró la segunda cartulina amarilla a Cem Akpinar, seguida de la consiguiente tarjeta roja, a pesar de que el partido ya había concluido.

​La imagen de esta peculiar expulsión no tardó en viralizarse, traspasando las fronteras de Turquía y dando la vuelta al mundo. El curioso incidente ha generado debate y risas en el ámbito futbolístico, destacando la singularidad de este episodio en la historia del deporte.